A través de la historia el hombre ha expresado su intelecto y convertido sus ideas es magnificas obras de arte, algunas como simple atracción humana otras como la simplificación de las tareas diarias pero no cabe duda que uno de los mayores inventos que el ser humano le dio al mundo son la ciudades, colosales obras arquitectónicas, miles de millones de personas de todas las razas y sexo concentradas en un mismo espacio geográfico, claro, las ciudades no surgen de la noche a la mañana y para su crecimiento hay muchos aspectos y fenómenos que tienen lugar en dichos lugares. La industrialización, el crecimiento económico o aspectos cultuales y religiosos.
Es muy interesante el hecho de que a diario se están urbanizando más
personas en el planeta, quizás un millón y medio de personas por semana lo que
conlleva a que en menos de dos meses haya un área metropolitana equivalente a
la ciudad de los Ángeles.
Esta escala y velocidad en la urbanización nunca jamás había ocurrido en
la historia humana.
Es impresionante la cantidad de edificios y carreteras que se construyen
en una ciudad, todas con un propósito importante, aunque su construcción
conlleve a la destrucción de un histórico barrio, históricos edificios y
desplazamiento de personas a las periferias de la ciudad.
En los años 20 Robert Moses, un diseñador modernista de las ciudades, un
visionario del futuro estaba dando sus primeros inicios en la forma de las
ciudades, sin embargo, pensaba que para lograr modernizarla era necesario
eliminar los barrios bajos, los lugares deprimidos de la ciudad y convertirlos
en lindas edificaciones o modernas carreteras que descongestionaran el tráfico
de la ciudad.
Pero había alguien que contraponía sus ideas y que tenía un concepto de
ciudad más allá de su estructura física, la señora Jane Jacobs una joven
secretaria que pasaba diariamente por aquellas calles llenas de personas y
negocios y que observaba aquellos pequeños detalles que le daban sentido a la
ciudad, la interacción social, la gente que en ella habita y los espacios
públicos, Jacobs se oponía a Moses y sus ideas radicales de urbanizar.
New york en la década de 1930 era la ciudad más grande del mundo, sus
grandes rascacielos le daban un título de majestuosidad, pero en esta ciudad
hubo una gran cantidad de problemas en esa misma época debido a la gran
depresión económica, barrios degradados, suciedad y contaminación la cual no
contrastaba con las gloriosas torres de los nuevos rascacielos en la ciudad, la
ciudad estaba sobrepoblada, sucia, peligrosa y plagada de enfermedades. Robert
Moses se opuso a esas condiciones marginales y los progresistas estaban
ansiosos por darle un cambio a la ciudad y empezaron por el desarrollo de
parques y playas públicas para hacer una vida mejor para los pobres.
Los progresistas decían que para que hubiera cambios radicales debía
haber “borrón y cuenta nueva” eliminar aquellos barrios marginales y actualizar
la ciudad sin importar lo que pasara con las personas que ahí habitaban, pero
Jacobs veía en la ciudad toques de regeneración, creatividad e ingenio
Después de la segunda guerra mundial llegaron los idealistas,
planificadores de ciudades y modernistas, estos estudiaban a la ciudad hasta
llegar al origen de los problemas, dichos problemas tenían que resolverse, por
lo general, eliminando los barrios bajos para dar mayor vista a la ciudad.
Estos idealistas entraron y arrasaron y construyeron grandes proyectos,
demolieron edificios viejos y desalojaron personas.
Tras la publicación del libro “vida y muerte de las ciudades” los
problemas generados por el modernismo salieron a la luz, Jacobs cuestionaba a
la ortodoxia y revelo la manera de crear mejores ciudades trabajando con las
personas que vivían allí y las estructuras que allí existían.
Jacobs se dio cuenta que las ciudades se estaban aislando de las
comunidades, en aquellos nuevos proyectos había menos concentración y flujo de
personas, había menos vida social y al final resultaban ser proyectos
desérticos y sin vida. Comprendió que en las ciudades existe un patrón en todo
lo que pasa, las relaciones sociales, la aglomeración en ciertos lugares y el
caos que ahí se ocasionaba no era más que una combinación productiva de las
diferentes funciones y organismos.
Existen ciudades vivas y muertas, las vivas son aquellas donde existe
una relación entre personas, aunque sean a simple vista feas, caóticas y
congestionadas
Las ciudades muertas son hermosas en algún sentido porque se tiende a
buscar lo predecible, son muy populares, pero carecen de interacción social
Lo que les da sentido a las ciudades, según Jacobs, no son las aceras
desérticas de los grandes complejos modernos, sino, aquellas aceras llenas de
puestos, negocios y el vaivén continuo de personas, son esas relaciones las que
le dan sentido a la ciudad.
Robert Moses acumulo mucho poder, políticos y compañías constructoras
hacían mucho dinero con este negocio, muchos barrios en todo EEUU fueron
limpiados y modernizados pero la lucha en contra de Moses se hizo más fuerte
gracias Jane Jacobs que se oponía a la construcción de una autopista que pasaba
justo por su barrio, se unió con la comunidad de Washington Square Park y se
organizaron de tal manera que derrotaron por primera vez a Robert Moses.
Moses y su equipo planifico modernizar el barrio en el cual habitaba
Jacobs y al igual que la oposición de la autopista, Jacobs se opuso con más
razón en la modernización de su barrio y esta vez tenia al alcalde de NY de su
lado y este canceló el proyecto en West Village, por segunda vez Moses fue
derrotado gracias al carisma y fortaleza de Jacobs y la comunidad que le
acompañaba, la organización social pudo hacerle frente al poder de los
monopolios.
Moses como cabecilla de las modernizaciones de la ciudad y su equipo, demolieron
edificios en nombre del pueblo, pero no para el pueblo, devastaron la vida de
las personas y las reemplazaron con proyectos de viviendas simplemente porque
un montón de gente estaba haciendo un montón de dinero con ello.
Los proyectos de vivienda se convirtieron rápidamente en lugares poco
poblados y en algunos de los lugares más peligrosos del mundo pues era un error
concentrar la pobreza en un solo lugar.
Aquellas viviendas públicas se convirtieron en lugares de miedo y
ejemplos de la marginación de la comunidad afroamericana, el racismo se expresó
aislándolos de la ciudad y colocándoles en la periferia, lo más lejos posible
del centro de la ciudad, en lugares que apenas podían soportar el tiempo de
vida vital que las personas necesitan para prosperar.
La falta de empleo resulto en vandalismo, destrucción de su propiedad
por la rabia y frustración de su desplazamiento. Había problemas de drogas y
todos los problemas que vienen cuando le arrancas la raíz a la gente era obvio
que a la gente no le gustaban estos proyectos.
Aquellos proyectos terminaron siendo enormes fracasos y tuvieron que ser
demolidos.
Moses siguió con sus proyectos, las modernas carreteras eran ahora su
ambición, pero buscaba abrir una calle partiendo a la mitad a nueva york, destruyendo
con ello un histórico barrio, el proyecto estaba listo pero una vez más Jacobs
entro en batalla y lograron cancelar el proyecto.
Moses renuncio a su cargo y el nuevo gobernado el señor Rockefeller,
igual de poderoso, no le rogo y sin vuelta atrás Moses se fue.
La ciudad no es solo un objeto físico, la ciudad es una cosa viviente,
siempre cambiándose y transformándose.
Hoy en día las ciudades de todo el mundo se enfrentan constantemente a
la sobrepoblación, la contaminación y la pobreza por eso es necesario pensar en
los cambios tomando en cuenta las necesidades y beneficios de las personas que
allí habitan, cambios que no perjudiquen la vida y las tradiciones que tanto
tiempo cosecharon, cambios que vayan de la mano con el desarrollo social y no
pensando en la vida del futuro porque al final nadie se acostumbra de la noche
a la mañana ello.
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